Si a la hora de diseñar un proyecto tenemos en cuenta las necesidades de ahorro energético y medioambientales, inicialmente el presupuesto se verá incrementado algo, pero el ahorro a lo largo de la vida útil del proyecto lo compensará sobradamente.
Si las edificaciones en España cumplirían con la Normativa Europea, estaríamos hablando de edificios de bajo consumo energético e incluso de edificios de demanda energética casi nula, que es la tendencia que nos impone la normativa a medio plazo.
Una de las actuaciones que pueden suponer una mejora en la eficiencia energética de un edificio es la construcción de terrazas ajardinadas.
En edificios en los que los propietarios están sensibilizados con el tema, se construyen terrazas habilitadas para el paseo y la estancia, con zonas para huertos urbanos y jardines de esparcimiento, donde se aprovechan las aguas pluviales y residuales correctamente tratadas.
Las terrazas con huertos urbanos, además de suponer un aislamiento térmico de alta calidad, permiten una mayor convivencia de los vecinos y un aprovechamiento de las aguas y generan una pequeña producción de verduras y hortalizas.
Pero una de las actuaciones más eficaces en un edificio y es darle una orientación adecuada, en el hemisferio norte la orientación predominante debe ser la sur, esto permite la captación de una mayor cantidad de radiación solar en invierno, lo que supone un ahorro en calefacción. Como en verano el sol está mucho más alto, la radiación solar incide en menor proporción en las fachadas sur.
Elegir una adecuada orientación del edificio solo se puede hacer en proyecto.