martes, 4 de noviembre de 2014

Si a la hora de diseñar un proyecto tenemos en cuenta las necesidades de ahorro energético y medioambientales, inicialmente el presupuesto se verá incrementado algo, pero el ahorro a lo largo de la vida útil del proyecto lo compensará sobradamente.

Si a la hora de diseñar un proyecto tenemos en cuenta las necesidades de ahorro energético y medioambientales, inicialmente el presupuesto se verá incrementado algo, pero el ahorro a lo largo de la vida útil del proyecto lo compensará sobradamente.

Si las edificaciones en España cumplirían con la Normativa Europea, estaríamos hablando de edificios de bajo consumo energético e incluso de edificios de demanda energética casi nula, que es la tendencia que nos impone la normativa a medio plazo.

Una de las actuaciones que pueden suponer una mejora en la eficiencia energética de un edificio es la construcción de terrazas ajardinadas.

En edificios en los que los propietarios están sensibilizados con el tema, se construyen terrazas habilitadas para el paseo y la estancia, con zonas para huertos urbanos y jardines de esparcimiento, donde se aprovechan las aguas pluviales y residuales correctamente tratadas.

Las terrazas con huertos urbanos, además de suponer un aislamiento térmico de alta calidad, permiten una mayor convivencia de los vecinos y un aprovechamiento de las aguas y generan una pequeña producción de verduras y hortalizas.

Pero una de las actuaciones más eficaces en un edificio y es darle una orientación adecuada, en el hemisferio norte la orientación predominante debe ser la sur, esto permite la captación de una mayor cantidad de radiación solar en invierno, lo que supone un ahorro en calefacción. Como en verano el sol está mucho más alto, la radiación solar incide en menor proporción en las fachadas sur.

Elegir una adecuada orientación del edificio solo se puede hacer en proyecto.

La forma más sencilla de ahorrar energía es no necesitar gastarla.

La forma más sencilla de ahorrar energía es no necesitar gastarla.

Una de las formas de tradicionales de climatizar una vivienda es el uso de una chimenea solar.

Cuando un cierto volumen de aire se calienta, siendo su temperatura mayor que la del entorno que le rodea, al ser menor su densidad se produce un desplazamiento vertical ascendente del aire caliente. Una chimenea solar es un conducto vertical que favorece el tiro natural de un aire caliente mediante radiación solar, y que se puede utilizar para climatizar locales habitados.

En el siguiente esquema podemos ver su funcionamiento:


La aplicación más sencilla y antigua de una chimenea solar, es una chimenea de color oscuro, normalmente negro, para que mejore su capacidad de absorción de la radiación solar.
La radiación solar calienta durante el día el aire en el interior de la chimenea, este aire caliente al ser menos denso, origina una corriente ascendente y por tanto una succión en la base de la chimenea, que se puede utilizar para climatizar el edificio.
Existen proyectos que pretenden aprovechar este efecto de chimenea solar para la generación de energía eléctrica. Se adjunta un esquema.

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