La materia está formada por átomos y moléculas que se mueven
con una velocidad y una libertad de movimiento que depende de su estado. A esta
energía interna debida a la energía cinética de las partículas se le llama
energía térmica.
En los sólidos las
partículas están rígidamente unidas y
tienen una mínima capacidad de movimiento con respecto a su posición de
equilibrio. En los líquidos los enlaces entre partículas son mayores y tiene
bastante capacidad de movimiento. En los gases los enlaces entre partículas son
muy débiles y estas se mueven prácticamente con libertad total.
Al calentar un
sólido aumenta la energía cinética de sus partículas, de tal forma que si
seguimos aportando calor, la velocidad puede llegar a ser suficiente para
romper los enlaces entre partículas, pasando a al estado líquido o gaseoso.
De igual forma si un
gas se enfría, sus partículas se mueven con menor velocidad, los enlaces se
hacen más pequeños, las partículas se juntan pudiendo llegar a pasar al estado
líquido y/o al estado sólido.
Al calentar un cuerpo, aumenta su volumen y el movimiento de
las partículas, es decir aumenta la energía cinética del cuerpo.
El calor de un cuerpo es una forma de energía que nos indica
la cantidad de energía cinética de las partículas que lo componen.
La temperatura mide la intensidad o energía promedio
de las partículas, a mayor temperatura mayor será la energía de las partículas
y por tanto la energía térmica del cuerpo.
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