Una de las formas de aprovechamiento de
la energía que recibimos del sol es la energía solar térmica consiste en el
aprovechamiento del calor solar mediante el uso de paneles solares térmicos.
La energía solar térmica se basa en
conocido como efecto invernadero. Un panel solar térmico es básicamente un
recipiente metálico de forma rectangular con algún tratamiento anticorrosión.
En la parte inferior interna del panel
hay una superficie de color negro muy absorbente de la radiación solar, para
evitar que la radiación reflejada se escape del panel se coloca una superficie
traslucida, que permita la entrada de la radiación solar incidente pero impida
salir la radiación solar reflejada.
De esta forma tenemos fabricado un
generador de calor, para su aprovechamiento, hacemos pasar por el interior del
panel, un sistema de tuberías de Cu u otro material, que actúa como
intercambiador.
Por el interior de las tuberías circula
un fluido portador del calor, normalmente agua con algún sistema
anticongelante, que se calienta a su paso por el interior del panel.
Si el sistema se diseña de forma
adecuada, no sería necesaria bomba de impulsión para el agua, porque
aprovechando la diferencia de densidades entre agua fría y caliente, el panel
funcionaría como termosifón.
Las aplicaciones prácticas de la energía
solar térmica más utilizadas son:
v El calentamiento de
agua sanitaria (ACS)
v La calefacción por
suelo radiante.
v El precalentamiento de
agua para procesos industriales.
v El calentamiento de
agua para piscinas.
v Climatización mediante
bombas de absorción.
El aprovechamiento de la energía solar
térmica es una tecnología madura y fiable, amortizable sin la necesidad de
subvenciones, y respetuosa con el medio ambiente.
En el 2007 entró en
vigor el Código Técnico de la Edificación (CTE) que obliga a todas s nuevas
construcciones a instalar sistemas de aprovechamiento de energía solar térmica.
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